Lo importante es aprender a reconocer esos altibajos y encontrar maneras de mantener ese equilibrio. No siempre es fácil, y cada persona vive sus propios vaivenes emocionales, pero con las herramientas adecuadas y apoyo, podemos gestionar mejor esos momentos difíciles para que no afecten de manera tan intensa a otros aspectos de nuestra vida. Mi misión es acompañar a las personas en ese proceso, ayudándolas a descubrir qué les motiva, cómo gestionar su malestar emocional y cómo convertir su trabajo en una fuente de satisfacción y crecimiento personal.
Creo sinceramente que cuando estamos en consonancia con nosotros mismos y nos sentimos bien, esa energía positiva se refleja en todos los aspectos de nuestra vida, ya sea en nuestras relaciones, en nuestra salud o en nuestras actividades diarias. Mi objetivo es acompañarte en ese proceso, brindándote apoyo y herramientas que te permitan mejorar tu bienestar general y vivir con más satisfacción y equilibrio.
Conóceme un poco más
Cuando reflexiono sobre las dificultades que enfrentan las personas en su día a día, lo primero que me viene a la mente es la importancia del equilibrio en todos los aspectos de la vida. La vida es como una balanza, y cada área, ya sea — emocional, laboral, familiar o personal — necesita mantenerse en armonía para que podamos sentirnos plenos y estables. ¿Verdad que en una orquesta todos los instrumentos deben estar en sintonía para que la melodía sea agradable y equilibrada?
¿Alguna vez has sentido que cuando algo en un ámbito no va bien, esa sensación “negativa” se extiende y afecta a otras áreas de tu vida? Es más común de lo que piensas. Por ejemplo, si estás atravesando un momento difícil en el trabajo, puede que te sientas más irritable en casa o que te cueste disfrutar de tus hobbies. Esto sucede porque nuestras emociones y estados internos están interconectados, y cuando uno se desequilibra, el impacto se refleja en todo nuestro ser.
Muchas veces, nos gustaría minimizar ese impacto, mantener la estabilidad en las áreas que consideramos importantes y que, en teoría, deberían estar en equilibrio. Sin embargo, la realidad es que gestionar nuestras emociones y mantener ese equilibrio no es tarea sencilla. Requiere esfuerzo consciente, autoconciencia y, sobre todo, paciencia. La gestión emocional implica reconocer lo que sentimos, entender por qué lo sentimos y aprender a canalizar esas emociones de manera saludable.
A pesar de lo complejo que puede parecer, es completamente posible lograr ese equilibrio. No se trata de eliminar las dificultades o las emociones negativas, sino de aprender a gestionarlas de forma sana para que no nos desborden y, sobre todo, que podamos mantener una sensación de estabilidad en nuestro día a día. La clave está en desarrollar habilidades como la resiliencia, la empatía y la autocompasión, que nos ayudan a navegar por los altibajos con mayor serenidad.
Buscar el equilibrio no es solo una meta, sino un proceso constante. Es un camino que requiere atención, esfuerzo y autoconocimiento, pero que vale la pena recorrer para vivir de manera más plena y consciente.


¿Por qué en busca del equilibrio?
Soy María González, psicóloga laboral y motivacional, y me encanta poder compartir un poquito más sobre mí y sobre lo que hago. Con más de 8 años de experiencia en departamentos de recursos humanos, he tenido la oportunidad de acompañar a muchas personas en su camino laboral, ayudándolas a encontrar ese equilibrio que todos buscamos entre motivación y bienestar en el trabajo.
Generalmente el ámbito laboral no es solo una obligación o una fuente de ingresos; es una parte fundamental de nuestra vida. Pasamos gran parte de nuestro tiempo en él, y eso hace que tenga un impacto profundo en cómo nos sentimos y en nuestro bienestar general. El trabajo puede ser una fuente de satisfacción y orgullo, pero también puede convertirse en una montaña rusa emocional. Hay días en los que te sientes motivado, lleno de energía y con ganas de afrontar nuevos retos, pero también hay momentos en los que la frustración, el aburrimiento o la desmotivación parecen apoderarse de ti, y eso puede afectar no solo a tu rendimiento, sino también a tu estado emocional y a tu vida personal.



